(11) Porque cada uno será salado con fuego, y todo sacrificio será salado con sal.

(11) Debemos ser sazonados y rociados por Dios, para que seamos ambos sacrificios aceptables para él, y también para que, al unirnos, podamos sazonarnos unos a otros.

(n) Es decir, será consagrado a Dios, sazonado con la palabra incorruptible.

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