(7) Por tanto, es necesario que estéis sujetos, no sólo por la ira, sino (d) también por causa de la conciencia.

(7) La conclusión: debemos obedecer al magistrado, no solo por temor al castigo, sino mucho más porque (aunque el magistrado no tiene poder sobre la conciencia del hombre, sin embargo, siendo ministro de Dios) no puede ser resistido por ningún bien. conciencia.

(d) En la medida en que nos sea lícito: porque si se nos mandan cosas ilícitas, debemos responder como nos enseña Pedro: "Es mejor obedecer a Dios que a los hombres.

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