(11) Porque ha dicho a Moisés: Tendré misericordia de quien tenga misericordia, y tendré compasión de quien me compadezca.

(11) Responde primero con respecto a los elegidos para la salvación, en la elección de los cuales niega que Dios pueda parecer injusto, aunque elige y predestina para la salvación a los que aún no han nacido, sin ninguna consideración de dignidad: porque él no lleva a los escogidos al fin señalado sino por medio de su misericordia, que es una causa discutida bajo la predestinación. Ahora la misericordia presupone miseria, y nuevamente, la miseria presupone el pecado o la corrupción voluntaria de la humanidad, y la corrupción presupone una creación pura y perfecta.

Además, la misericordia se manifiesta en sus grados: es decir, llamando, por la fe, por la justificación y la santificación, para que finalmente lleguemos a la glorificación, como el apóstol lo demostrará después. Ahora bien, todas estas cosas siguiendo ordenadamente el propósito de Dios, demuestran claramente que él de ninguna manera puede parecer injusto al amar y salvar a los suyos.

(o) Seré misericordioso y favorable a quien deseo ser favorable.

(p) Tendré compasión de quien desee tener compasión.

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