REFLEXIONES

¡Sed fieles seguidores de Jesús! ¿Qué puede armarte para la lucha y la guerra santa igual a una visión constante, firme e inquebrantable de Jesús y de sus inigualables sufrimientos? ¡Y espera la hora segura y no muy lejana en la que dejarás de sufrir y dejarás de pecar para siempre! De hecho, bastantes de transgresiones han marcado nuestras vidas mientras estábamos en un estado de no regeneración. ¡Oh! para que los días venideros estén marcados con gracia, porque el fin de todas las cosas es la mano; y, por tanto, que siempre estemos buscando la fuerza del Señor para esperar en el Señor y velar en oración.

¡Precioso Jesús! Prepara a todos tus redimidos para cada prueba de fuego y para cada conflicto. Tu presencia hará florecer como la rosa hasta el desierto y el lugar solitario. Y, ¡oh! la bienaventuranza del oprobio, cuando es verdaderamente por tu causa. Pero tú, Señor, guarda a todos tus pequeños de todo mal que pueda traer oprobio a tu bendita causa. No permitas que la tentación de la deshonestidad prevalezca sobre tu pueblo, y menos aún de la crueldad y la maldad.

Pero para todos los injustos sufrimientos de tus redimidos, aprendamos a glorificar a Dios en este nombre. Y ¡oh! Bendito Señor, concede a todos tus mártires, como Esteban, morir en el pleno disfrute de la fe, y en ti y por ti, entregar sus almas en tus manos, como a un Creador fiel.

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