(40) Y Elías les dijo: Tomad a los profetas de Baal; que ninguno de ellos se escape. Y los tomaron; y Elías los hizo bajar al arroyo Cisón, y los mató allí.

Esta sentencia de Elías estaba en conformidad con la ley; y Acab no pudo atreverse a negarlo. Ver Deu_13: 1-2; Deu_13: 5. Pero es evidente por lo que sigue en el próximo capítulo, que si la sentencia no se hubiera ejecutado en el momento, mientras todo Israel estaba bajo la impresión de esta solemne escena, con toda probabilidad los profetas de Baal habrían escapado.

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