REFLEXIONES

¡LECTOR! ¿Quién puede contemplar el calor y el celo del Apóstol en su celo piadoso por la Iglesia de Corinto, en sus desposorios con Cristo, sin sentir ansiedad y celos sobre nuestro propio corazón, en relación con el nuestro? ¿No deberíamos tú y yo ser muy fervorosos para sabernos desposados ​​como vírgenes castas de Cristo? ¿Acaso Jesús, a pesar de toda nuestra pobreza, la repugnancia por el pecado y todo el estado reprochado de la caída, se casó con nuestras personas, se interesó en todas nuestras preocupaciones, nos alimentó, acarició y con toda la ternura y el amor del esposo? , provee para todos nuestros deseos, y siempre haciendo el papel del esposo más cariñoso; ¿Y no sentiremos nuestro apego a Aquel que tanto nos amó, como para darse a sí mismo por nosotros? ¿Engañará Satanás nuestros corazones como lo hizo con Eva? ¿Alejará alguna tentación de la hermosa sencillez que hay en Cristo? ¡Oh! ¡Tú, glorioso y todo suficiente Salvador! ¡En ti hay la plenitud y la suficiencia de la salvación más completa! En ti Dios se agrada t. Para que el Señor sea todo tu pueblo.

¡Y si alguno viene y predica a otro Jesús! si alguno habla de otro Espíritu, de otro Evangelio, ¡Oh! que el Señor silencie a todos los falsos maestros, a todos los falsos apóstoles. Señor, en compasión por las almas de los hombres, cierra la boca de aquellos que no han sido enviados por ti. Y cualquier atuendo engañoso con el que vengan, aunque se hayan transformado como ángeles o luz; sin embargo, cualquier cosa que tienda a no honrar a Cristo, que todos tus siervos fieles se mantengan alejados de su engaño y sean capacitados para resistir sus artimañas engañosas.

Si alguno no ama a nuestro Señor Jesucristo, sea Anathema Maranatha. ¡Oh! para que la gracia sea guardada de todo mal y de toda malicia del enemigo, como Pablo, derribado por el muro y escapando de sus manos. Y, ¡oh! por gracia en lo espiritual, para ser guardados por el poder de Dios, mediante la fe para salvación.

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