Aquí el Señor se dignifica hacer uso de dos bellas semejanzas para señalar su vigilancia sobre su pueblo. La fuerza del león y la solicitud del pájaro se presentan como prueba de ello. ¿Será el león, hambriento y buscando presa, aturdido con la apariencia de pobres pastores tímidos, cuántos sean, que están ansiosos por salvar a sus corderos? ¿O los pájaros, al volar sobre sus crías, defenderán sus vidas a riesgo de las suyas? ¿Y el que dio fuerza al uno y ternura al otro, no tendrá más fuerza y ​​cariño para con su pueblo? ¡Lector! busquen la gracia para preservar viva en el alma esa confianza bien fundada, que descansa totalmente en el amor y la gracia soberanos y libres de Jehová, y en la misericordia para con sus redimidos en Cristo.

Isaías 49:15 ; Mateo 23:37 .

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