REFLEXIONES

¡Lector! contemplas los privilegios del pueblo de Dios. Jesús recompensará la humilde espera de sus redimidos que lo buscan. Los que fueron temprano al sepulcro, y María, que permaneció allí, al fin tuvieron su porción completa de la vista de Jesús. Y ahora, ¿qué es sino lo mismo? Los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas.

¡Y qué estímulo tan precioso es la primera aparición de Cristo a María Magdalena! Tuvo la primera vista de Jesús. Como para consolar a todo pobre pecador, que donde el pecado abundó, la gracia abundará mucho más. Esa alma en la familia de Cristo tendrá el primer destello de Jesús, el primer beso de Cristo, quien más lo necesita. ¡Precioso Señor! ¡Que todas tus Magdalenas, donde Satanás ha herido más cruelmente, sean primero sanadas!

¡Oh! querido Señor Jesús! Trata con el Tomás tuyo en la hora presente, como lo hiciste con el Apóstol de la antigüedad. Tú conoces el pecado que nos asedia con tanta facilidad, y conoces la causa. ¡Oh! ¡Tú, gran y Todopoderoso Autor y Consumador de la fe! Guarda a tus redimidos del pecado de la incredulidad. ¡Señor! Danos a creer, y ayuda a nuestra incredulidad. Amén.

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