(15) Esta sabiduría no desciende de lo alto, sino terrenal, sensual, diabólica. (16) Porque donde hay envidia y contienda, hay confusión y toda obra mala. (17) Pero la sabiduría que viene de arriba es primero pura, luego pacífica, dulce y fácil de suplicar, llena de misericordia y buenos frutos, sin parcialidad y sin hipocresía. (18) Y el fruto de justicia se siembra en paz para los que hacen la paz.

Que el lector mire las circunstancias de la vida común y contemple la multitud de casos que abundan en todas partes, en lo que puede llamarse verdadera y propiamente sabiduría mundana. Mira cómo sus seguidores se levantan temprano, descansan tarde y comen el pan de la prudencia. Desposeídos del Espíritu de Dios, hay un solo objetivo que tales personajes persiguen eternamente, por más diversificados que sean por la variedad de sus afectos; es decir, para hacer provisión para la carne, para satisfacer sus deseos.

Por otro lado, ¡he aquí el hijo de Dios! Despertado por la venida del Espíritu Santo en la regeneración, el corazón se interesa en buscar los objetos gloriosos que son celestiales; y estar más atento a las cosas que no se ven que a las que se ven. Y, donde la gracia ha obrado este cambio salvador en el corazón hacia Dios; todos los frutos benditos y sus efectos seguirán en la conversación del creyente con los hombres.

¿Por la sabiduría que viene de arriba? es primero puro, siendo purificados el corazón y la conciencia por la sangre de Cristo. Y donde reina la gracia, para llevar el corazón a Dios; allí se manifestará entonces la gracia, en todas las benditas consecuencias de la paz en la tierra y la buena voluntad para con los hombres. Y todas las gracias del Espíritu se manifestarán por sus frutos, en el tenor general de la vida y la conversación.

Tan cierto y seguro debe ser, en todo caso, el bendito resultado de la vida renovada, a diferencia de la sabiduría que es terrenal, sensual e incluso diabólica; porque, un corazón no despierto, no regenerado, todavía está en la naturaleza de Adán del pecado, y está en la trampa del diablo, y llevado cautivo por él a su voluntad.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad