• Eclesiastés 1:3

    ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su duro trabajo con que se afana debajo del sol?

  • Eclesiastés 1:4

    Generación va y generación viene; pero la tierra siempre permanece.

  • Eclesiastés 1:5

    El sol sale y el sol se pone. Vuelve a su lugar y de allí sale de nuevo.

  • Eclesiastés 1:6

    El viento sopla hacia el sur y gira hacia el norte; va girando de continuo y de nuevo vuelve el viento a sus giros.

  • Eclesiastés 1:7

    Todos los ríos van al mar, pero el mar no se llena. Al lugar adonde los ríos corren, allí vuelven a correr.

  • Eclesiastés 1:8

    Todas las cosas son fatigosas y nadie es capaz de explicarlas. El ojo no se harta de ver ni el oído se sacia de oír.

  • Eclesiastés 1:9

    Lo que fue, eso será; y lo que ha sido hecho, eso se hará. Nada hay nuevo debajo del sol.

  • Eclesiastés 1:10

    ¿Hay algo de lo que se pueda decir: “Mira, esto es nuevo”? Ya sucedió en las edades que nos han precedido.

  • Eclesiastés 1:11

    No hay memoria de lo primero ni tampoco de lo que será postrero. No habrá memoria de ello entre los que serán después.

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