• Jeremias 34:4

    No obstante, escucha la palabra del SEÑOR, oh Sedequías, rey de Judá. Así ha dicho el SEÑOR acerca de ti: No morirás a espada.

  • Jeremias 34:5

    En paz morirás; y como se quemó incienso por tus padres, los reyes que te precedieron, así se quemará por ti. Y harán lamentación por ti diciendo: ‘¡Ay señor!’, porque yo he hablado la palabra”, dice el SEÑOR.

  • Jeremias 34:6

    El profeta Jeremías habló todas estas palabras a Sedequías, rey de Judá, en Jerusalén.

  • Jeremias 34:7

    El ejército del rey de Babilonia combatía contra Jerusalén y contra las ciudades de Judá que habían quedado: contra Laquis y contra Azeca. Porque solo estas habían quedado de las ciudades fortificadas de Judá.

  • Jeremias 34:8

    La palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR, después que el rey Sedequías hizo pacto con todo el pueblo en Jerusalén para promulgarles libertad,

  • Jeremias 34:9

    a fin de que cada uno dejara libre a su esclavo o a su esclava hebreos, de modo que ninguno se sirviera de sus hermanos judíos como esclavos.

  • Jeremias 34:10

    Oyeron esto todos los magistrados y todo el pueblo que habían participado en el pacto de dejar en libertad, cada uno a su esclavo o a su esclava, para que ninguno se sirviera más de ellos como esclavos, y obedecieron dejándolos en libertad.

  • Jeremias 34:11

    Pero después cambiaron de parecer e hicieron volver a los esclavos y a las esclavas que habían dejado en libertad, y los sometieron como esclavos y esclavas.

  • Jeremias 34:12

    Entonces la palabra del SEÑOR vino a Jeremías, de parte del SEÑOR, diciendo:

  • Jeremias 34:13

    “Yo hice pacto con sus padres, ha dicho el SEÑOR Dios de Israel, el día que los saqué de la tierra de Egipto, de casa de esclavitud, diciendo:

  • Jeremias 34:14

    ‘Cada siete años dejarán en libertad, cada uno a su hermano hebreo que se les haya vendido. Te servirá seis años, y lo dejarás ir libre de ti’. Pero sus padres no me escucharon ni inclinaron su oído.

  • Jeremias 34:15

    Ahora ustedes se habían vuelto a mí y habían hecho lo recto ante mis ojos, al proclamar libertad cada uno a su prójimo, y habían hecho un pacto en mi presencia, en el templo sobre el cual es invocado mi nombre.

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