• Salmo 10:2

    Con arrogancia el impío persigue al pobre. ¡Sean atrapados en los artificios que han maquinado!

  • Salmo 10:3

    Porque el impío se gloría del apetito de su alma, y el codicioso maldice y desprecia al SEÑOR.

  • Salmo 10:4

    El impío, por la altivez de su rostro, no le busca; no está Dios en ninguno de sus pensamientos.

  • Salmo 10:5

    En todo tiempo son torcidos sus caminos; tus juicios están muy por encima de su vista, y a todos sus adversarios desprecia.

  • Salmo 10:6

    Dice en su corazón: “No seré movido; de generación en generación nunca estaré en infortunio”.

  • Salmo 10:7

    Su boca está llena de maldición, engaño y fraude; debajo de su lengua hay vejación e iniquidad.

  • Salmo 10:8

    Pone emboscadas a las aldeas; en los escondrijos mata a los inocentes; sus ojos vigilan a los desdichados.

  • Salmo 10:9

    Acecha desde un escondite, como el león desde la espesura. Acecha para arrebatar al pobre; arrebata al pobre atrayéndolo a su red.

  • Salmo 10:10

    Se agacha, lo aplasta; y en sus fuertes garras caen los desdichados.

  • Salmo 10:11

    Dice en su corazón: “Dios se ha olvidado. Ha ocultado su rostro; nunca lo verá”.

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