- 
                
                
 Salmo de David, cuando cambió su conducta ante Abimelec, y este lo echó, y él se fue. [2]Bendeciré al SEÑOR en todo tiempo; su alabanza estará siempre en mi boca.
             
                    - 
                
                
En el SEÑOR se gloriará mi alma; lo oirán los mansos y se alegrarán.
             
                    - 
                
                
Engrandezcan al SEÑOR conmigo; ensalcemos juntos su nombre.
             
                    - 
                
                
Yo busqué al SEÑOR, y él me oyó y de todos mis temores me libró.
             
                    - 
                
                
Los que a él miran son iluminados; sus rostros no serán avergonzados.
             
                    - 
                
                
Este pobre clamó, y el SEÑOR le escuchó y lo libró de todas sus angustias.
             
                    - 
                
                
El ángel del SEÑOR acampa en derredor de los que le temen, y los libra.
             
                    - 
                
                
Prueben y vean que el SEÑOR es bueno. ¡Bienaventurado el hombre que se refugia en él!
             
                    - 
                
                
Teman al SEÑOR, ustedes sus santos, porque nada falta a los que le temen.
             
                    - 
                
                
Los leones tienen necesidades y sufren hambre, pero los que buscan al SEÑOR no tendrán falta de ningún bien.
             
                    - 
                
                
Vengan, oh hijos, escuchen; el temor del SEÑOR les enseñaré:
             
                    - 
                
                
¿Quién es el hombre que desea vida? ¿Quién anhela años para ver el bien?
             
                    - 
                
                
Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño.
             
                    - 
                
                
Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y síguela.
             
                    - 
                
                
Los ojos del SEÑOR están sobre los justos; sus oídos están atentos a su clamor.
             
                    - 
                
                
El rostro del SEÑOR está contra los que hacen mal para cortar de la tierra su memoria.
             
                    - 
                
                
Clamaron los justos, y el SEÑOR los oyó; los libró de todas sus angustias.
             
                    - 
                
                
Cercano está el SEÑOR a los quebrantados de corazón; él salvará a los contritos de espíritu.
             
                    - 
                
                
Muchos son los males del justo, pero de todos ellos lo librará el SEÑOR.
             
                    - 
                
                
Él guardará todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado.
             
                    - 
                
                
Al impío le matará la maldad, y los que aborrecen al justo serán desolados.
             
                    - 
                
                
El SEÑOR redimirá el alma de sus siervos. No serán desolados cuantos confían en él.