Ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien.

Gobernadores - subordinados al emperador; delegado por César para presidir las provincias.

Por el castigo. Ninguna tiranía ha sido tan despiadada que no haya mantenido alguna equidad en su interior: por más corrupto que sea un gobierno, Dios nunca permite que sea tan corrupto como para ser peor que la anarquía (Calvino). Aunque los malos reyes a menudo oprimen, eso apenas se hace por autoridad pública (y es de la autoridad pública que habla Pedro), excepto bajo la máscara del derecho. La tiranía oprime a muchos, pero la anarquía abruma al estado entero (Horneius). La única excepción justificable es cuando la obediencia al rey terrenal implica desobediencia al Rey de reyes.

Alabanza de los que hacen bien. Todo gobierno reconoce la excelencia de los sujetos cristianos. Así lo expresó Plinio en su carta al emperador Trajano: 'No he encontrado en ellos nada más que una superstición perversa y extravagante.' Esta reconocimiento, a la larga, mitiga la persecución.

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