Que dicen: Quédate a un lado, no te acerques a mí, porque yo soy más santo que tú. Estos son un humo en mi nariz, un fuego que arde todo el día.

Estos son un humo en mi nariz, un fuego que arde todo el día. Aplicable a los hipócritas autojustificadores de la época de nuestro Señor.

Estos (son) un humo en mi nariz, aludiendo al humo de sus sacrificios farisaicos. El fuego de la ira de Dios se encendió al verlos, y se exhibió en el humo que salía de sus narices; en hebreo, la nariz es el asiento de la ira: y las narices distendidas por la ira, por así decirlo, exhalan humo (Rosenmuller). 

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad