Y cuando alguno santificare su casa en consagración a Jehová, la apreciará el sacerdote, sea buena o sea mala; según la estimare el sacerdote, así quedará.

Cuando un hombre... En este caso, habiendo sido valorada la casa por el sacerdote y vendida, el producto de la venta debía dedicarse al santuario. Pero si el propietario deseaba, pensándolo mejor, redimirla, podía hacerlo añadiendo una quinta parte al precio.

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