Pero Jesús le dijo: Deja primero que los niños se sacien; porque no está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos.

Pero Jesús le dijo: Deja primero que los niños sean saciados. ¿Hay esperanza para mí aquí? '¿A ellos PRIMERO?' '¡Entonces parece que me toca a mí! Pero entonces, '¿Los NIÑOS primero?' ¡Ay! ¿cuándo, según esa regla, me llegará el turno? Pero antes de que ella tenga tiempo para estas meditaciones de Su palabra, viene otra palabra para complementarla.

Porque no está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. ¿Es esta la muerte de sus esperanzas? No, pero es vida de entre los muertos. Del devorador saldrá alimento. Al atardecer habrá luz. '¡ ah! Lo tengo ahora. Si hubiera guardado silencio, ¿qué podría haber hecho yo sino ir sin ser bendecida? pero Él ha hablado, y la victoria es mía.'

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