Pero Jesús le dijo: Deja que los niños primero hartarse porque no está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo que a los perros.

Ver. 27. Echarlo a los perros ] τοις κυναριοις, a los cachorros, por más desprecio, como señala Beza. El Papa hizo que Dandalus, el embajador veneciano, viniera ante él, atado con cadenas de hierro, y se revolcara debajo de su mesa con perros, mientras Su Santidad se sentaba a cenar. Unde ei canis cognomentum apud suos, dice Revius. Siempre fue llamado el perro embajador.

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