Y si la casa fuere digna, vuestra paz venga sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz vuelva a vosotros.

Y si la casa es digna , mostrándolo dándoos la bienvenida.

Que tu paz descienda sobre él. Esto se explica mejor con el mandato a los Setenta: "Y en cualquier casa en la que entréis, decid primero: Paz a esta casa". Este fue el antiguo saludo de Oriente, y prevalece hasta el día de hoy. Pero de labios de Cristo y de sus mensajeros, significa algo mucho más alto, tanto en el don como en el darlo, que en el saludo actual. (Ver la nota en.)

Pero si no es digno, que vuestra paz vuelva a vosotros. Si vuestra paz encuentra una puerta cerrada en lugar de abierta en el corazón de cualquier hogar, llévensela a ustedes mismos, que saben valorarla, y les sabrá más dulce por haber sido ofrecida, aunque sea rechazada.

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