Y cualquiera que no os reciba, ni oiga vuestras palabras, saliendo de aquella casa o ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies.

Y cualquiera que no os reciba, ni oiga vuestras palabras, cuando salgáis de esa casa o ciudad , porque posiblemente un pueblo entero no proporcione uno "digno".

Sacudid el polvo de vuestros pies  "en testimonio contra ellos", como añaden Marcos y Lucas. Por esta acción simbólica se sacudieron vívidamente de toda conexión con los tales, y de toda responsabilidad por la culpa de rechazarlos a ellos y su mensaje. Tales acciones simbólicas eran comunes en la antigüedad, incluso entre otros además de los judíos, como aparece sorprendentemente en Pilato. E incluso hasta el día de hoy prevalece en Oriente.

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