El justo mira la vida de su bestia: Mas las tiernas misericordias de los impíos son crueles.

El justo mira la vida de su bestia. Dios ordena un cuidado tierno incluso para los animales. Daremos descanso, refrigerio y medicina a la bestia, según lo requiera; y no deben ser crueles con ella, mucho menos con el hombre.

Pero las tiernas misericordias (literalmente, las entrañas) de los impíos son crueles, no sólo para las 'bestias', sino, peor aún, para los hombres. "Cruel" es singular; dando a entender que cada una de sus "tiernas misericordias" es cruel. No sólo sus crueldades, sino sus mismas misericordias son crueles: como Faraón cuando ofreció dejar ir al pueblo, pero sin sus rebaños; y el concilio judío y Gamaliel, cuando ordenaron que los apóstoles sólo fueran "golpeados", aunque inocente; y como los que dan limosna a los pobres con desprecio.

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