1 Tesalonicenses 2:1-20

1 Porque ustedes mismos saben, hermanos, en cuanto a nuestra visita a ustedes, que no fue en vano.

2 Al contrario, a pesar de que habíamos padecido antes y habíamos sido maltratados en Filipos, como saben, tuvimos valentía en nuestro Dios para anunciarles el evangelio de Dios en medio de grande conflicto.

3 Pues nuestra exhortación no procedía de error ni de motivos impuros ni fue con engaño.

4 Más bien, según fuimos aprobados por Dios para ser encomendados con el evangelio, así hablamos; no como quienes buscan agradar a los hombres sino a Dios quien examina nuestro corazón.

5 Porque, como saben, nunca usamos palabras lisonjeras ni tampoco palabras como pretexto para la avaricia; Dios es testigo.

6 Tampoco buscamos gloria de parte de los hombres, ni de ustedes ni de otros; aunque podríamos haberles sido carga como apóstoles de Cristo.

7 Más bien, entre ustedes fuimos tiernos, como la nodriza que cría y cuida a sus propios hijos.

8 Tanto es nuestro cariño para ustedes que nos parecía bien entregarles no solo el evangelio de Dios sino también nuestra propia vida, porque habían llegado a sernos muy amados.

9 Porque se acuerdan, hermanos, de nuestro arduo trabajo y fatiga; que trabajando de día y de noche para no ser gravosos a ninguno de ustedes les predicamos el evangelio de Dios.

10 Ustedes son testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprensiblemente actuamos entre ustedes los creyentes.

11 En esto saben que fuimos para cada uno de ustedes como el padre para sus propios hijos: Les exhortábamos, les animábamos

12 y les insistíamos en que anduvieran como es digno de Dios, que los llama a su propio reino y gloria.

13 Por esta razón, nosotros también damos gracias a Dios sin cesar; porque cuando recibieron la palabra de Dios que oyeron de parte nuestra, la aceptaron, no como palabra de hombres sino como lo que es de veras, la palabra de Dios quien obra en ustedes los que creen.

14 Porque ustedes, hermanos, llegaron a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea; pues también ustedes han padecido las mismas cosas de sus propios compatriotas, como ellos de los judíos.

15 Estos mataron tanto al Señor Jesús como a los profetas, a nosotros nos han perseguido, no agradan a Dios y se oponen a todos los hombres,

16 prohibiéndonos hablar a los gentiles a fin de que sean salvos. Así colman siempre la medida de sus pecados. ¡Pero la ira de Dios viene sobre ellos hasta el extremo!

17 Pero nosotros, hermanos, apartados de ustedes por un poco de tiempo, de vista pero no de corazón, procuramos con mayor empeño y con mucho deseo verlos personalmente.

18 Por eso quisimos ir a ustedes (yo Pablo, una y otra vez), pero Satanás nos lo impidió.

19 Porque, ¿cuál es nuestra esperanza, gozo o corona de orgullo delante del Señor Jesucristo en su venida? ¿Acaso no lo son ustedes?

20 En efecto, ustedes son nuestra gloria y gozo.

LA MANERA DE PREDICAR DE PABLO, Y LA MANERA EN QUE ELLOS RECIBIERON EL EVANGELIO; SU DESEO DE HABERLOS VISITADO FUE FRUSTRADO POR SATANAS.

1. Porque—confirmando el cap. 1:9. En vv. 1 al 12 Pablo trata la manera en que predicaban sus misioneros colaboradores entre ellos (cap. 1:5 y primera parte del v. 9); y la manera en que los tesalonicenses recibieron la palabra (véase cap. 1:6, 7, y la última parte del v. 9) en vv. 13 AL 16. vosotros mismos—No sólo lo cuentan los extraños, sino que vosotros sabéis que es verdad [Alford] “vosotros mismos”. no fué vana—es decir, “fué llena de poder” (cap. 1:5). El griego por “fué” expresa más bien “ha sido y es”, dando a entender el carácter permanente y continuo de su predicación.

2. aun habiendo padecido antes—en Filipos (Hechos 16): una circunstancia que habría disuadido de continuar predicando a hombres naturales y desprovistos del Espíritu. afrentados—apaleados vilmente (Hechos 16:22). tuvimos denuedo—(Hechos 4:29; Efesios 6:20). en Dios nuestro—El fundamento de nuestro denuedo en hablar fué la conciencia de Dios como “NUESTRO Dios”. con gran combate—es decir, lit., como de competidores en una contienda; ardor esforzado (Colosenses 1:29; Colosenses 2:1). Pero aquí lo que tuvieron que soportar los misioneros fué el conflicto exterior con los perseguidores, más bien que el conflicto interior y mental (Hechos 17:5; Filipenses 1:30).

3. Porque—La base de su “denuedo” (v. 2) fué su inocencia de “error, inmundicia y engaño”; error, delante de Dios, engaño (griego “impostura”), hacia los hombres; inmundicia, en relación con su propia persona (motivos impuros de carnal gratificación en ganancia, v. 5), o lascivia; tales como animaban a los maestros falsos de los gentiles (Filipenses 1:16; 2 Pedro 2:10, 2 Pedro 2:14; Judas 1:8; Apocalipsis 2:14). Así enseñaban Simón Mago y Cerinto. [Estio]. exhortación—La palabra griega quiere decir “consuelo” como también “exhortación”. El mismo evangelio que exhorta, también consuela. Su primera lección para cada uno es de paz al creer en medio de tristezas externas e internas. Consuela a los que lloran (véanse v. 11; Isaías 61:2; 2 Corintios 1:3).

4. según—conforme; aun como. aprobadosGriego, “Según hemos sido aprobados después de la prueba”, “considerados aptos” o dignos. Esta palabra responde a “Dios el cual prueba nuestros corazones”. Esta aprobación en cuanto a la sinceridad depende sólo de la gracia y misericordia de Dios (Hechos 9:15; 1 Corintios 7:25; 2 Corintios 3:5; 1 Timoteo 1:11). no … agradan—no como personas que tratan de agradar a los hombres, característica de los maestros falsos (Gálatas 1:10).

5. nunca fuimos lisonjeros en la palabra—lit., “nunca vinimos a ser (fuimos hallados) en lenguaje de adulación”; un recurso de los que tratan de “agradar a hombres”. como sabéis—“Sabéis” en cuanto a si yo os lisonjeo; en cuanto a “avaricia”, sólo Dios, Juez del corazón puede ser “mi testigo”. tocados de avaricia—una máscara bajo la cual pudiera ocultar la “avaricia”.

6. Lit., “Ni de hombres (fuimos hallados, v. 5) buscando gloria”. El “de” aquí representa una palabra griega diferente del “de” en la frase “de vosotros … de otros”. Alford hace que aquel de (griego, ek) exprese el motivo abstracto de gloria; y este “de” (griego, apσ) el objeto concreto de donde había de venir la gloria. Aquél quiere decir “original de, o mejor, de entre”; éste, “de parte de”. Muchos enseñan novedades heréticas no por ganancia sino por “gloria”. Pablo y sus asociados estaban exentos aun de este motivo [Grocio] (Juan 5:44). aunque podíamos seros carga—es decir, reclamando sostén (v. 9; 2 Corintios 11:9; 2 Corintios 12:16; 2 Tesalonicenses 3:8). Pero como se está tratando de “gloria” como también de “avaricia”, no se puede restringir la referencia a ésta, aunque creo que no está excluída. Tradúzcase: “Cuando habíamos podido seros carga”, oprimiendo con el peso de nuestra autoridad jactanciosa y con la carga de nuestro sostén. Esta antítesis es apta en las palabras siguientes: “Antes fuimos blandos (lo contrario de cargosos, pesados) entre vosotros” (v. 7). Por carga asociada con autorídad, véase Nota 2 Corintios 10:10, “Las cartas son graves” (1 Corintios 4:21). La traducción de Alford, la cual excluye una referencia a su derecho de reclamar mantenimiento “cuando habríamos podido hacer valer nuestra dignidad”), me parece desaprobada por el v. 9, que usa la misma palabra griega inequívocamente por “gravosos”. Dos veces recibió Pablo provisiones desde Filipos cuando estaba en Tesalónica (Filipenses 4:16). como apóstoles—por ser apóstoles.

7. fuimosgriego, “fuimos hechos” por la gracia de Dios. blandosGriego, “Indulgentes en soportar las faltas ajenas” [Tittmann]; uno, también, que es blando (aunque firme) en reprochar las opiniones erróneas de otros (2 Timoteo 2:24). Algunos de los manuscritos más antiguos leen, “nos hicimos niños (véase Mateo 18:3) (diferencia de una letra entre “epioi”, y “nepioi”. Nota del Trad.) Pero otros manuscritos apoyan nuestra versión, que forma una antítesis mejor a vv. 6, 7 y armoniza mejor con lo que sigue: porque en una sola oración difícilmente se compararía él con “niños” y con una “nodriza”, o más bien, con “madre que da de mamar”. Blandura es característica muy apta de una nodriza. entre vosotrosGriego, “en medio de vosotros”, es decir, en nuestro trato con vosotros, siendo como uno de vosotros. sus hijosGriego, “sus hijos de ella misma” (véase v. 11). Así Gálatas 4:19.

8. Tan—a ser unidos con “que quisiéramos”, etc.; “Así como la que cría. etc., así quisiéramos,” etc. [Alford]. Pero Bengel. “Tan”, es decir, viendo que somos amadores de vosotros. amadores de vosotros—La lectura más antigua del griego da a entender, “unirse alguno con otro”; ser íntimamente ligado con otro. quisiéramos—El griego es más fuerte: “Estábamos bien contentos”; “alegremente habríamos entregado”, etc., “aun nuestras propias vidas (así debe traducirse el griego por “almas”), como manifestábamos en los sufrimientos que soportábamos en daros el evangelio. (Hechos 17). Así como una madre está lista no sólo a dar a sus hijitos su leche sino su propia vida por ellos, así nosotros no sólo estábamos dispuestos a daros la leche espiritual del evangelio, sino a arriesgar nuestra propia vida por daros vuestro alimento espiritual, imitando a aquel que entregó su vida por sus amigos, la prueba más grande del amor (Juan 15:13). eraisGriego, “Habéis venido a ser”, como habiendo venido a ser nuestros hijos espirituales. carísimosGriego, “amados tiernamente”.

9. trabajo y fatiga—El griego por “trabajo” quiere decir pena en soportar; y la palabra por “fatiga”, pena en hacer; aquél, faena con solicitud; ésta, estar cansado con la fatiga. [Grocio]. Zanquio refiere aquél a´ la labor espiritual (véase cap. 3:5), ésta, al trabajo manual. Yo traduciria, “cansancio y afán”. que—“porque”; omitido en los manuscritos más antiguos. de noche y de día—Los judíos calculaban el día desde la puesta del sol hasta la puesta del sol, de modo que noche se pone antes de día (véase Hechos 20:31). Sus trabajos con las manos por una subsistencia escasa eran necesarios no sólo de día sino también de noche, en los intervalos entre sus trabajos espirituales. trabajando—haciendo toldos (Hechos 18:3). por no ser gravososGriego, “con miras de no recargar a ninguno de vosotros” (2 Corintios 11:9). os predicamosGriego, “a y entre vosotros”. Aunque se mencionan sólo “tres sábados”, Hechos 17:2, éstos se refieren meramente al tiempo de su predicación a los judíos en la sinagoga. Rechazados por ellos como cuerpo, después de convertirse unos pocos judíos, él se dirigió a los gentiles; de éstos (a quienes predicaba en lugar distinto y no en la sinagoga) “grande multitud” creyó (Hechos 17:4, donde leen los manuscritos más antiguos, “de los religiosos, prosélitos, Y de griegos grande multitud”); entonces, después de que, por trabajos continuados entre los gentiles por algún tiempo había juntado tantos convertidos, los judíos, provocados por los éxitos de Pablo, asaltaron la casa de Jasón, haciéndole huír a Pablo. El hecho de recibir provisiones “una y dos veces” desde Filipos da a entender una estada más larga que de tres semanas (Filipenses 4:16).

10. Vosotros sois testigos—en cuanto a nuestra conducta exterior. Dios—en cuanto a nuestros motivos íntimos. santa—para con Dios. justa—para con los hombres. irreprensiblemente—en relación con nosotros mismos. nos condujimosGriego, “fuimos hechos a ser” por Dios; “nos hubimos”. con vosotros que creísteis—más bien, “para (caso dativo) vosotros los creyentes”; sea la que fuere la impresión que hicimos ante los incrédulos. Así como el v. 9 se refiere a ocupación externa en el mundo, así el v. 10 a su carácter entre los creyentes.

11. a cada uno de vosotros—en privado (Hechos 20:20) como también en público. Si el ministro quiere ser usado por Dios, no tiene que tratar meramente de cosas generales sino que tiene que individualizar y particularizar. como el padre—con seriedad suave. El griego dice “a sus propios hijos”. exhortábamos y consolábamos—“Exhortábamos y animábamos”. La exhortación lleva a uno a hacer una cosa de buena gana; la consolación o animación, a hacerlo gozosamente [Bengel] (Cap. 5:14). Aun en el término anterior “exhortábamos” el griego incluye la idea también de consolar y abogar por una causa, lo que viene muy al caso, porque los tesalonicenses estaban en aflicciones, tanto por las persecuciones como por el fallecimiento de amigos (cap. 4:13).

12. os protestábamos—lit., “testificábamos”; apelando a vosotros solemnemente delante de Dios. digno de Dios—“digno del Señor” (Colosenses 1:10); “digno de los santos” (Romanos 16:2); “… del evangelio” (Filipenses 1:27); “… de la vocación con que sois llamados” (Efesios 4:1). La inconsecuencia en “andar” haría que el nombre de Dios fuera “blasfemado entre los gentiles” (Romanos 2:24) El artículo griego es enfático, “Digno de El Dios que os está llamando”. os llamó—Así uno de los manuscritos más antiguos y la Vulgata. Otros manuscritos más antiguos dicen, “Quien os llama,” o está llamando. su reino—que ha de ser establecido en la venida del Señor. gloria—para que participéis en su gloria (Juan 17:22; Colosenses 3:4).

13. Por lo cual—Viendo que habéis tenido tales maestros (vv. 10, 11) [Bengel], “también nosotros” (lo mismo que “todos los que creen” en Macedonia y Acaya) damos gracias a Dios sin cesar (“siempre”…“en nuestras oraciones”, cap. 1:2), de que habiendo recibido la palabra de Dios que oísteis de nosotros (lit., “la palabra de Dios de oír de nosotros”, Romanos 10:16), la recibisteis no como palabra de hombres sino como lo es realmente, la palabra de Dios”. Alford omite el “como” en la versión inglesa. Pero el “como” es necesario por la cláusula “aun como lo realmente es”. “La aceptasteis, no (como) la palabra de hombres (la cual se habría podido suponer que fuera), sino (como) la palabra de Dios, aun como lo es realmente”. El griego por el primer “recibido” da a entender simplemente el oírla; el griego del segundo es “aceptasteis” o “abrazasteis”. El objeto propio de fe parece ser la palabra de Dios, primero oral, y luego, para seguridad contra el error, escrita (Juan 20:30; Romanos 15:4; Gálatas 4:30). También se da a entender por el hacimiento de gracias de Pablo que la fe es la obra de la gracia divina. la cual obra también en vosotros que creísteis—“También”, además de aceptarla vosotros en el corazón, ella se manifiesta en vuestra vida y muestra su energía en sus efectos prácticos en vosotros; por ejemplo, obrando en vosotros paciente perseverancia en las pruebas (v. 14; véase Gálatas 3:5; Gálatas 5:6).

14. imitadores—en el sufrimiento. La operación divina se ve y se siente más en las aflicciones. en Judea—Las iglesias de Judea eran naturalmente los modelos para otras iglesias por haber sido fundadas primero y en el mismo escenario del ministerio de Cristo mismo. Una referencia a aquellas iglesias viene muy al caso aquí, puesto que los tesalonicenses, con Pablo y Silas, habían experimentado en su ciudad persecuciones de parte de los judíos (Hechos 17:5) semejantes a las que las iglesias de Judea habían sufrido de los judíos en aquel país. en Cristo Jesús—no meramente “en Dios”; porque las sinagogas de los judíos (una de las cuales conocian los tesalonicenses, Hechos 17:1), eran también en Dios. Pero sólo las iglesias cristianas estaban no sólo en Dios, como los judíos lo estaban en contraste con los idólatras tesalonicenses, sino también en Cristo, lo que no estaban los judíos. de vuestra propia nación—incluyendo primeramente a los judíos radicados en Tesalónica, de entre los cuales se originó la persecución, y también a los gentiles allí, instigados por los judíos; así “compatriotas” (la palabra griega, según Herodiano, da a entender, no la relación permanente de conciudadanía, sino identidad de país por el tiempo presente), incluyendo judíos naturalizados y tesalonicenses naturales, están en contraste con los judíos “puros” en Judea (Mateo 10:36). Es una coincidencia no calculada que Pablo en aquel entonces estaba sufriendo persecuciones de parte de los judíos en Corinto, desde donde escribe (Hechos 18:5, Hechos 18:12); naturalmente su carta haría énfasis tanto más vivamente sobre la amargura judía contra los cristianos. como también ellos—(Hebreos 10:32). Había una semejanza respecto de la nación de la cual ambos sufrían, es decir, los judíos, y aquéllos sus propios conciudadanos; en la causa por la cual y en los males que sufrían, y también en la manera firme en que los sufrían. Tal semejanza de los frutos, de las aflicciones y de las características experimentales de los creyentes, en todos los lugares y en todos los tiempos, es una evidencia subsidiaria de la verdad del evangelio.

15. al Señor Jesús—más bien, como el griego, “a Jesús EL SEÑOR”. Esto encarece la evidente enormidad de su pecado, pues al matar a Jesús mataron al Señor (véase Hechos 3:14). sus propios—Omitido en los manuscritos más antiguos. profetas—(Mateo 21:33; Mateo 23:31; Lucas 13:33). a nosotros nos han perseguido—más bien como el griego (véase Margen), “Persiguiendo nos expelieron” (Lucas 11:49) no agradan a Dios—es decir, no hacen su propósito agradar a Dios. Pablo da a entender que, a pesar de toda su jactancia de ser el pueblo especial de Dios, en todo tiempo “no agradan a Dios”, tan ciertamente como por la palabra universal del mundo, la que no pueden ellos mismos negar, son declarados ser perversamente “contrarios a todos los hombres.” Josefo, Apión, 2. 14, representa a alguno que los llama “Ateos y misántropos, los más torpes de los bárbaros”; y Tácito, Historias, 5:5: “Ellos tienen un odio hostil a todos los demás hombres”. Sin embargo, la contrariedad a todos los hombres aquí indicada, está en que “nos prohiben hablar a los gentiles, a fin de que se salven” (v. 16).

16. ProhibiéndonosGriego, “Impidiendo que hablemos”, etc. para henchir la medida de sus pecados siempre—Tendiendo de esta manera a “llenar (la medida completa de, Génesis 15:16; Daniel 8:23; Mateo 23:32) sus pecados siempre”, es decir, ahora como en todos los tiempos anteriores. Su oposición a la predicación del evangelio a los gentiles fué la última medida añadida a su iniquidad siempre creciente, lo que los hizo bien maduros para la venganza. pues—El original griego dice, “pero”. “Pero” no procederán más adelante, porque (2 Timoteo 3:8) “la ira” divina “ha venido sobre (sorprendido; el tiempo pasado que expresa la certeza repentina del golpe divinamente dirigido) ellos hasta el extremo”; no una ira meramente parcial, sino la ira en su plenitud, “aun hasta el golpe terminante”. [Edmunds]. El tiempo pasado da a entender que la plena visitación de la ira ya había empezado. Ya en el año 48 d. de J. C. hubo un tumulto en la Pascua en Jerusalén, cuando fueron muertos como 30.000 (según algunos); un presagio de la venganza completa que pronto siguió (Lucas 19:43; Lucas 21:24).

17. Mas nosotros—Continuando desde el v. 13; en contraste con los judíos, vv. 15, 16. privados—más bien como el griego, “separados (violentamente, Hechos 17:7) de vosotros”, como padres despojados de sus hijos. Así “no os dejaré huérfanos” (Juan 14:18). por un poco de tiempo—lit., “por espacio de una hora”. “Cuando habíamos sido separados de vosotros sólo por muy poco tiempo (tal vez refiriéndose a lo repentino de su partida imprevista), tanto más abundantemente (tanto más corta nuestra separación; porque el deseo de reunirnos nuevamente es tanto más vivo cuanto más reciente ha sido la partida) procuramos”, etc. (Véase 2 Timoteo 1:4). Por esto él no preveía, como muchos explican, una separación de ellos por corto tiempo, lo que sería una expectativa falsa, pues no volvió a visitarlos pronto.

18. Por lo cual—Los manuscritos más antiguos leen, “porque”, o “por cuanto”. quisimosGriego, “quisimos venir”; pensábamos venir. yo Pablo—Mis compañeros misioneros, tanto como yo, quisimos venir; yo puedo responder por mí mismo que yo lo quería más de una vez. Al distinguirse aquí de sus compañeros con quienes en toda esta Epístola él se asocia en el número plural, está de acuerdo con el hecho de que Silvano y Timoteo quedaron en Berea cuando Pablo siguió viaje hasta Atenas, donde más tarde se unió con él Timoteo y de donde fué enviado por Pablo solo a Tesalónica (cap. 3:1). mas Satanás nos embarazó—En otra ocasión el Espíritu Santo, el Espíritu de Jesús (así leen los manuscritos más antiguos), Hechos 16:6, les impidió en su propósito misionero. Pero aquí es Satanás, obrando tal vez por hombres malvados, algunos de los cuales ya le habían arrojado de Tesalónica (Hechos 17:13; véase Juan 13:27), o si no, por algún “mensajero de Satanás, un aguijón en la carne”, mensajero más directo (2 Corintios 12:7; véase 11:14). De todos modos, el Espíritu Santo y la providencia de Dios predominaron en la oposición de Satanás para adelantar los propósitos divinos. Nosotros no podemos definir en cada caso de dónde provienen los estorbos en las empresas buenas; Pablo en este caso, por inspiración divina, pudo decir que el obstáculo vino de Satanás. Grocio piensa que el modo en que Satanás impidió el viaje de Pablo a Tesalónica fué el de incitar a los filósofos estoicos y epicúreos a discutir con él, lo que obligó a Pablo a contestarles y así le detuvieron, pero parece que él salió de Atenas de una manera pausada (Hechos 17:33; Hechos 18:1), El griego por “embarazó” es lit., “hacer una trinchera entre uno mismo y el enemigo que avanza para impedir su progreso”; así Satanás se oponía al progreso de los misioneros.

19. Porque—Dando la razón de su ardiente deseo de verlos. ¿No sois vosotros también delante de nuestro Señor Jesucristo?—“Cristo” está omitido en los manuscritos más antiguos. El “también” está omitido en nuestra versión castellana. ¿No sois vosotros también (es decir, entre otros; el “también” da a entender que no serán ellos solos su “corona”) nuestra esperanza, gozo y corona de regocijo delante de Jesús, cuando venga (2 Corintios 1:14; Filipenses 2:16; Filipenses 4:1)? La “esperanza” aquí quiere decir su esperanza (en el sentido inferior) de que éstos, sus convertidos, fuesen hallados en Cristo en su venida (cap. 3:13). La “esperanza” principal de Pablo fué Jesucristo mismo (1 Timoteo 1:1).

20. Repetición enfática con fuerza aumentada. ¿Quiénes sino vosotros y otros convertidos sois nuestra esperanza, etc., después, en la venida de Cristo? Porque sois vosotros ahora nuestra gloria y gozo.

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