No es que digamos o pretendamos que no tenemos pecado; [4] así la verdad no estaría en nosotros, e incluso deberíamos hacer de Dios un mentiroso, que ha declarado a toda la humanidad culpable de pecado. Todos nacimos culpables del pecado original; hemos caído, y todavía caemos con frecuencia en pecados y fallas menores. Sólo podemos exceptuar de este número a nuestro Salvador Cristo, quien, como hombre, nunca pecó, y su Santísima Virgen Madre, por un privilegio especial, preservada de todo tipo de pecado: y de quien San Agustín [5] dice: " que para honor de nuestro Señor, cuando hablemos de la santa Virgen María, no se hará mención alguna de ningún pecado ". (Witham)

[BIBLIOGRAFÍA]

Quoniam peccatum non habemus, etc. Por lo que se refutan los errores de los herejes pelagianos, que negaban el pecado original y pretendían que los hombres por su fuerza natural podían vivir libres de todos los pecados y de hecho lo hicieron.

[BIBLIOGRAFÍA]

San Agustín, lib. de Nat. et Gra. Cap. xxxvii. Excepta SV Maria, de qua propter honorem Domini, nullam prorsus, cum de peccato agitur, haberi volo mentionem.

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