Vi una bestia que salía del mar. Por esta primera jactancia, varios entienden al anticristo, como San Ireneo, lib. v. cap. xxviii. y San Gregorio, lib. xxxi. Moral. Cap. xli. Pero esto no es seguro. Por la otra bestia [1] que sube de la tierra, (ver. 11) muchos entienden al falso profeta del anticristo, algún famoso impostor y mago en el tiempo del anticristo, quien hará grandes maravillas y señales.

Las siete cabezas y los diez cuernos pueden significar nuevamente un gran número de reyes y príncipes, que serán vencidos por el anticristo y se someterán a él. El dragón, o diablo, le da ese gran poder al anticristo, representado por las diferentes partes de la bestia, algunas como un leopardo, otras como un oso y otras como un león. La cabeza herida de muerte y curada, o es el mismo anticristo o alguna de esas cabezas o reyes, curada por el diablo y las artes diabólicas después de una herida mortal.

(Witham) --- Esta primera bestia, con siete cabezas y diez cuernos, es probablemente toda la compañía de infieles, enemigos y perseguidores del pueblo de Dios, desde el principio hasta el fin del mundo. Las siete cabezas son siete reyes, es decir, siete reinos o imperios principales; que han ejercido, o ejercerán, poder tiránico sobre el pueblo de Dios: de estos, cinco fueron caídos, a saber. las monarquías egipcia, asiria, caldea, persa y griega: una estaba presente, a saber.

el imperio de Roma: y el séptimo y el principal estaba por venir, a saber. el gran anticristo y su imperio. Los diez cuernos pueden entenderse como diez perseguidores menores. (Challoner)

[BIBLIOGRAFÍA]

Aunque San Ireneo, y también San Gregorio, (lib. Xxxi. Mor. Cap. Xli.) Por la primera de estas dos bestias entienden anticristo, y otros quieren decir anticristo por una de las dos, sin embargo, esto es no ser visto como absolutamente cierto, no ser visto por el consentimiento de los Padres primitivos. Los Padres antiguos, especialmente en la exposición de oscuras profecías, muchas veces no nos dan más que sus opiniones privadas, o sospechas y conjeturas, como dice S.

Agustín toma nota expresamente en el vigésimo libro de Civ. Dei, (cap. Xix. Tom. 7. p. 597, edición de noviembre) donde habla del anticristo: de modo que aunque San Ireneo había visto a San Policarpo, que era un discípulo de San Juan evangelista, sin embargo nos entrega diversas cosas sobre el anticristo, que no son más que sus opiniones y conjeturas privadas, en las que otros no están de acuerdo con él; como ese anticristo será de la tribu de Dan; que se sentará en el templo de Jerusalén.

También estaba en un error en cuanto al reinado de Cristo de mil años sobre la tierra con sus elegidos. Arethas, obispo de Cesarea, en Capadocia, en la sexta edad [siglo], en su comentario sobre el Apocalipsis, (tom. Vi. Bib. Patrum, Edit. Colon) hablando de esta opinión, que algunos tendrían la primera bestia ( Apocalipsis xiii. 1.) ser anticristo, y otros la segunda bestia, solo dice: quidam sic accipiunt, etc.

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