Habiendo desatado los dolores [2] del infierno, etc. En las copias griegas ordinarias, de la muerte. En cuanto al sentido de este lugar, 1. Es cierto que Cristo sufrió los dolores y las angustias de una muerte violenta. 2. Que su alma no sufrió dolores después de la muerte, ni en ningún lugar llamado infierno. 3. Creemos, como en el Credo de los Apóstoles, que su alma bendita descendió a los infiernos, es decir, a ese lugar en las partes inferiores de la tierra (Efesios iv.

9.) que comúnmente llamamos Limbus Patrum [Limbo de los Padres], no para sufrir, sino para liberar de allí las almas de los justos. --- Como era imposible que estuviera retenido allí, ya sea por la muerte o por el infierno, estando su alma siempre unida a la persona divina: y su resurrección está predicha en los Salmos, en las palabras aquí citadas. (Witham) --- Habiendo superado los graves dolores de la muerte y todo el poder del infierno.

(Challoner) --- No es que Jesús sufriera nada después de su muerte; eso era imposible. Pero estos dolores se desataron en su consideración, porque él fue preservado de ellos, como el pájaro se preserva de las redes de los cazadores, que se rompen antes de ser capturado en ellas. (San Agustín, ep. Ad. Olimp. Xcv.) --- Además, soltó otros de esos dolores. (San Agustín, lib. Xii, cap. 13. de Gen. ad lit.)

[BIBLIOGRAFÍA]

Solutis doloribus Inferni. Griego: lusas tas odinas adou, aunque en las copias griegas comunes, griego: thanatou. Véase San Juan Crisóstomo, hom vi.

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