Dios te golpeará, pared blanqueada. [1] Estas palabras son más bien una profecía. (Witham) --- Muro blanqueado. Es decir, hipócrita, por pretender juzgarme conforme a la ley; mientras que, contra todo sentido de la justicia, me golpeas antes de mi condenación; no, incluso sin darme una audiencia. Los Padres admiran, en esta ocasión, la grandeza de espíritu y la libertad que exhibió San Pablo al reprender a los grandes.

(Tirinus) --- Esta expresión no fueron las palabras airadas de un hombre irritado, ni el efecto del resentimiento personal, sino la justa libertad que insulta a la inocencia que legítimamente puede usar en su propia defensa. (Haydock) --- También fue una profecía de lo que iba a suceder. Para quien no lo considere, puede parecer una maldición; pero para otros una profecía, como realmente lo fue. (San Agustín, lib. I. Cap. 19. de Verb.

Dni.) --- Porque San Juan Crisóstomo relata que el sumo sacerdote, atónito por esta respuesta, se quedó mudo y medio sordo; de modo que al no poder contestar una sola palabra, los transeúntes lo hicieron por él. (Tirinus) --- También lo fue, como Ven. Beda dice, para mostrar que el sacerdocio judío iba a ser destruido, como ahora había venido y establecido el verdadero sacerdocio de Cristo. (Beda in hunc locum. [Ven. Bede en este lugar.])

[BIBLIOGRAFÍA]

Pecutiet, griego: tuptein se mellei, futurum erit ut te percutiat.

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