Los corderos y las ovejas de nuestro Salvador aquí significan los fieles, que componen su Iglesia, sin distinción de judío o gentil. San Pedro, con estas palabras, es designado para hacerse cargo de todo el rebaño, como jefe y príncipe de los apóstoles. Él es, de alguna manera, el pastor, no solo de las ovejas, sino de los mismos pastores. Cada uno tiene su propio rebaño que cuidar; pero a él está confiado el cuidado de todos; solo él es el pastor de todos.

(Calmet) --- Apacienta mis ovejas. Nuestro Señor había prometido la supremacía espiritual a San Pedro; (San Mateo xvi. 19.) y aquí cumple esa promesa, encargándole la superintendencia de todas sus ovejas, sin excepción; y por consiguiente de todo su rebaño, es decir, de toda su Iglesia. (Challoner)

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