Siervos inútiles. Porque nuestro servicio no beneficia a nuestro Maestro; y justamente lo reclama como nuestro deber obligado. Pero aunque no somos rentables para él, nuestro servicio no es infructuoso para nosotros; porque se complace en dar, por su gracia, un valor a nuestras buenas obras, que, como consecuencia de su promesa, les da derecho a una recompensa eterna. (Challoner) --- La palabra inútil, cuando se une a sirviente, generalmente significa un sirviente del que su amo no deriva el servicio que tiene derecho a esperar; como en St.

Mateo xxv. 30. Aquí la palabra se toma en un sentido menos odioso. Significa un siervo que no testifica con suficiente celo y ardor en el servicio de su amo, que no está muy ansioso por complacerlo. Con respecto a Dios, siempre somos siervos inútiles, porque él no quiere nuestros servicios; y sin su ayuda, no podemos emprender ni terminar nada para complacerlo. (Calmet)

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