A ti se te ha dado. Los misterios del reino de Dios no se revelan a los escribas y fariseos, que no estaban dispuestos a creer en él (aunque era deber y ocupación de los escribas exponer los sagrados oráculos a otros) sino a aquellos que se adhirieron estrechamente a él. Cristo, y creímos en él: corramos, pues, en compañía de los apóstoles de Jesucristo, para que nos revele los misterios de su evangelio.

(Santo Tomás de Aquino) --- ¿Podemos entonces suponer, por un solo momento, que el simple hecho de poner una Biblia en la mano de cada hombre, convertirá al mundo? El mandamiento dado a los apóstoles ya sus sucesores en el ministerio es: Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, etc. enseñándoles a observar todas las cosas que os he mandado. Y he aquí que estoy contigo todos los días, hasta el fin del mundo.

(San Mateo xxviii.20). No hay una sola palabra para ellos sobre la escritura. Durante 2.500 años, desde Adán hasta Moisés, ¿estuvieron las familias patriarcales y otros siervos de Dios en un estado de ignorancia, ya sea con respecto a las instrucciones positivas del Todopoderoso con respecto al día de reposo, los ritos de sacrificio o sus deberes morales? Sin embargo, no hubo Escritura durante todo ese período. Durante más de 400 años después de Jesucristo, el canon de las Escrituras, como ahora lo reciben generalmente los protestantes, permaneció sin resolver.

Si los apóstoles y evangelistas no hubieran hecho más que publicar sus escritos y difundirlos en todos los países paganos, ni una sola nación, ni un solo pagano, habría abandonado a sus dioses para creer en un Jesús crucificado. --- A ellos no se les da; es decir, a los que son indignos y, endureciendo su corazón, se han hecho indignos. (Witham)

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