El dividió sus vestiduras. Esto fue contado por los antiguos como la mayor infamia. Nunca se hizo con nadie más que con los desdichados más viles e inútiles; con hombres que no poseían nada más que sus vestiduras. Esto le hicieron a nuestro bendito Salvador; un castigo que no creían que los dos ladrones merecieran. (San Juan Crisóstomo)

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