Tendré piedad, etc. Entonces no es del que quiere, etc. Con estas palabras vuelve a enseñar que el llamado de Dios y la predestinación de aquellos a quienes ha decretado salvar, no se debe a ninguna obra o mérito en los hombres, sino únicamente a la misericordia y bondad de Dios. Véase Santo Tomás de Aquino en este capítulo. lect. iii. Véase San Agustín, Encher. Cap. xcviii. Epis. 194. en la nueva Ed. Ep. 105. ad Sixtum de lib. Arbit. Cap. xxv. &C. (Witham)

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