y no necesitaba que nadie testificara de un hombre; porque sabía lo que había en el hombre.

Dado que la fiesta de la Pascua en el sentido más amplio, incluidos los días de los Panes sin Levadura, duró ocho días, y dado que había peregrinos en Jerusalén de todas partes del país judío en ese momento, Jesús tuvo la mejor oportunidad de revelarse a sí mismo de palabra y trabaja. Y el resultado fue que muchos creyeron en Su nombre. Por el momento, al menos, tenían la firme convicción de que Él debía ser el Mesías prometido.

Y fueron fortalecidos en su convicción por las señales, por los milagros en y a través de los cuales Él reveló Su gloria. Pero la fe que se basa únicamente en milagros físicos externos no tiene el fundamento que debería tener; debe tener la base únicamente de la Palabra. Por tanto, Jesús por su parte no se comprometió. Él no entró en una relación tan cercana con estas personas, sino con sus discípulos, quienes fueron ganados solo por su Palabra.

Cristo se comprometerá con el hombre que se entregue sin reservas a él. No puso fe ni confianza en estas personas. Tenía un conocimiento más profundo del hombre. Sabía que, en su mayor parte, su fe era de carácter transitorio. Siempre hay muchas personas así, en medio de la Iglesia, que creen sólo por un tiempo. Los seres humanos no pueden ver dentro de sus corazones y predecir cuánto durará la fe.

Pero Cristo lo sabe. No tenía necesidad, no era necesario, que nadie testificara con respecto al hombre, la humanidad en general, porque la naturaleza humana con todas sus debilidades y debilidades le era muy bien conocida. Conocía los motivos, las ideas gobernantes y los caminos del hombre. Él era el Dios omnisciente; Él conocía sus pensamientos y deseos más íntimos, también tenía conocimiento de lo que sucedería después. Nota: Esta prueba de la omnisciencia divina es una advertencia para las personas que hacen de su cristianismo una manifestación desordenada y desordenada, con asistencia ocasional a la iglesia y el correspondiente uso del Sacramento.

El Señor conoce el corazón. Y esta misma cualidad es una fuente de consuelo para todos los cristianos sinceros. Él conoce la debilidad del corazón humano y seguramente acudirá en ayuda de aquellos que confían firmemente sólo en Él.

Resumen. Jesús realiza Su primer milagro en las bodas de Caná, establece Su sede en Capernaum, va a Jerusalén para la Pascua, purga el Templo por primera vez y responde al desafío de los judíos.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad