Para que puedan hacer el mal con ambas manos con seriedad, literalmente, "sobre el mal están sus manos para realizarlo bien", están contentos, ansiosos, llenos de celo por el mal; el príncipe pide, y el juez pide recompensa, buscando venganza para sí mismos cuando consideran su dignidad herida; y el gran hombre, expresa su malicioso deseo: así lo envuelven, o, "y el gran hombre el mal de su alma pronuncia, y juntos lo trenzan", todos los valientes de la nación intrigando juntos para tejer redes de intrigas, trampas para sus víctimas incautos,

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