Sí, incluso cuando las condiciones no son tan favorables, aunque camino por el valle de sombra de muerte, donde la oscuridad y el terror rodean al creyente, donde el grito de las fieras de las cavernas de la montaña tiende a quitarle la confianza al corazón de las ovejas, cuando la desgracia y la angustia las acose, no temeré mal alguno, dijo en el debido desafío de la fe, el creyente no confiando en su propio poder, sino en el de la fortaleza de Jehová.

Porque tú estás conmigo, incluso en la noche más oscura de la tribulación, incluso en peligro de muerte; Tu vara y tu cayado, el poder protector y sustento de la misericordia de Jehová en los medios de la gracia, me consuelan, ofreciéndome el consuelo adecuado en cada problema que afecta tanto al cuerpo como al alma. Ese es el segundo gran hecho en el que el creyente deposita su confianza.

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