El que ofrece alabanza, la verdadera acción de gracias de un corazón creyente, Me glorifica, siendo el culto externo en este caso una expresión de la fe del corazón; y al que ordene correctamente su conversación, haciendo que toda su vida se conforme a la regla de la voluntad divina de Dios, le mostraré la salvación de Dios, su presencia y su favor acompañándolo en todo momento. Todos los cristianos evitarán y aborrecerán la hipocresía en todas sus formas y velarán continuamente por sus corazones, a fin de que toda su adoración a Dios sea la efusión de un corazón agradecido por su favor y amor en Jesucristo.

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