Perdiendo al hombre que Dios puso en su mano

1 Reyes 20:31

La buena naturaleza fácil de Acab era criminal e indicaba la maldad que estaba enervando y afligiendo su corazón. Cualesquiera que hayan sido sus sentimientos privados y su simpatía, es evidente que éstos no tenían derecho a controlar su acción como rey cuando estaban en juego los intereses nacionales. El juez puede estar sujeto a una tierna compasión hacia aquellos a quienes su cargo requiere que dicte sentencia, pero debe regirse por la consideración del bien de todos. Esta imprudente clemencia por parte de Acab resultó, en días posteriores, en el sufrimiento de Israel a manos de Siria.

"¡Ocupado aquí y allá!" Es verdad para todos nosotros. Estamos tan ocupados que apenas tenemos tiempo para pensar. No nos damos cuenta de las oportunidades que se ponen en nuestras manos y que, si no se aprovechan de inmediato, parten para no volver jamás. La cabeza calva de la oportunidad que se marcha, decían los griegos, no tiene ni un mechón de pelo con el que podamos cogerlo y arrastrarlo hacia atrás. Seamos diligentes en los asuntos del Rey, recordando que a Él debemos rendir cuentas.

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