'Es por la disciplina que soportáis; Dios te trata como a hijos. Porque, ¿qué hijo hay a quien su padre no castiga?

Porque la verdad es que el tener que perseverar surge del propósito de Dios de disciplinarlos y castigarlos. Tienen que perseverar porque Dios los está tratando como hijos, y eso debería ser un consuelo y un estímulo para ellos. Porque, después de todo, ¿qué hijo no es castigado por un buen padre? Y deben reconocer que un buen padre lo hace porque solo se preocupa por los mejores intereses de su hijo. Así que, que se den cuenta de que la disciplina actual de Dios les llega porque Él es un buen Padre.

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