Juan 15:19

I. Note la característica peculiar del pueblo de Dios; no son del mundo, sino que son elegidos fuera del mundo. Nuestro Señor resuelve la distinción en el propósito positivo de Dios. Nuestro texto dice no sólo "Vosotros no sois del mundo", sino que explica por qué: "porque sois escogidos del mundo". Si no son del mundo, la razón esencial y fundamental es porque fueron escogidos en el propósito de Dios, y entregados a Cristo con ese propósito, y posteriormente entregados a Él de hecho.

II. El resultado: "Por tanto, el mundo os aborrece". Eso es cierto, como lo demuestra toda la historia del mundo. El texto no dice que es porque el pueblo de Dios testifica de los hechos del mundo que son inicuos, por lo que el mundo los odia. Dice, mientras que el pueblo de Dios no es del mundo, sino escogido fuera del mundo, por eso es que el mundo los odia. Un hombre de espíritu no mundano, como se supone que es el pueblo del Señor, es eso lo que condena al mundo.

Un hombre santo, espiritual y de mente celestial, que concediera ese carácter para existir y venir en su sentido práctico en referencia al mundo, el mundo lo odiaría. ¿No es obvio? ¿Qué es el ídolo del mundo? ¡El mundo! El mundo amará a los suyos; el hombre mundano idolatra el mundo; es su vida, es todo lo que le importa. Toca el mundo, condena prácticamente al mundo, y toda la vida de ese hombre, y sus placeres, recreaciones, alegrías y deleites están todos envueltos en esa palabra "mundo".

"Al hombre mundano le disgusta el hombre de Dios. Siente que toda su vida y carácter asesta un golpe a aquello en lo que él mismo se deleita, y es consciente, además, de la superioridad de ese hombre, y tiene una profunda convicción de que tiene razón. La lección es que debemos mostrar con la práctica que un hombre de Dios no es un hombre del mundo. Busque las cosas de Dios, pero no las cosas del tiempo y los sentidos. Sea fiel a su vocación, sus esperanzas, expectativas y perspectivas; porque así glorificarás a Dios, y tendrás cada vez más idoneidad para la gloria del cielo.

C. Molyneux, Penny Pulpit, núms. 421-22.

Referencias: Juan 15:19 . Spurgeon, Mañana a mañana, pág. 302. Jn 15:22. Sermones sencillos de los colaboradores de "Tracts for the Times", vol. VIP. 270.

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