Lucas 3:23

La divinidad de Cristo.

Nuestro discurso girará en torno a las palabras "Como se suponía". Nuestro bendito Señor y Salvador Jesucristo "se suponía" que era el hijo de José. Pero las palabras del texto parecen implicar que Él no era realmente el hijo de José: son un testimonio indirecto de esa gran verdad que el evangelista San Lucas ya ha registrado, y cuya eliminación sería el derrocamiento de la Religión cristiana: "Por tanto, también lo santo que nacerá de ti, será llamado Hijo de Dios".

I. No hay duda de que en la Biblia se habla de Cristo como Dios, pero hay mucha controversia en cuanto al sentido en que debe entenderse el idioma. No se puede discutir que el nombre "Dios" se usa a menudo en la Biblia, cuando ni por un momento se puede suponer que se usa en su sentido elevado e incomunicable. Así se le dice a Moisés: "Te he hecho un dios para Faraón", donde evidentemente Moisés no es así llamado como un dios propiamente dicho, sino como si estuviera en ese caso o circunstancia en el lugar de Dios, y haciendo lo que es la oficina de Dios para hacer.

Pero cuando se vuelve a la Biblia, a fin de determinar si sólo puede ser de esta manera secundaria o figurativa que Cristo es llamado Dios, nos abruma la prueba de que debe ser en el mismo sentido, y en un sentido tan elevado como el Padre mismo tiene ese estilo. Porque a Cristo se le llama el Jehová, una palabra de significado absoluto, que nunca se le da a nadie más que al único Dios verdadero.

II. No solo los títulos, sino también los atributos de la Deidad se le atribuyen en las Escrituras a Cristo. La eternidad del Hijo se afirma claramente; porque Cristo se refirió a sí mismo como "el que es, y que era y que ha de venir", palabras que, como el nombre de Jehová, sólo pueden interpretarse como que denotan sustancia independiente y, por tanto, eterna. También se declara inmutable a Cristo, "Jesucristo, el mismo ayer, hoy y por los siglos"; omnisciente, "Señor, Tú sabes todas las cosas"; omnipresente, "Donde dos o tres están reunidos en Mi Nombre, allí estoy Yo en medio de ellos.

"Todos estos atributos se le atribuyen a Aquel de quien algunos suponen que fue sólo el hijo de José, y consideran monstruoso mirarlo como Dios. ¿Quién puede ser Dios, si Cristo es solo hombre? Cristo el eterno, Cristo el omnisciente, Cristo el ¿omnipresente?

H. Melvill, Penny Pulpit, No. 2281.

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