EL PODER DE LA LEVADURA

"El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó leudado".

Mateo 13:33

Esta parábola se relaciona con el maravilloso aumento del Reino de Dios, declarando su obra oculta.

I. Poderoso en operación — Por la levadura debemos entender la palabra del reino, palabra que, en su sentido más elevado, era Cristo mismo. La levadura es algo aparentemente de poca importancia, pero al mismo tiempo poderosa en operación.

II. El Evangelio, un poder nuevo — La levadura que se mezcla con la masa es diferente de ella, porque la mujer la tomó de otra parte para mezclarla en ella; e incluso así es el Evangelio. Era un poder nuevo y vivificante, lanzado en medio de un mundo viejo y agonizante; un centro de vida, con cuya ayuda el mundo podría constituirse de nuevo. Esta levadura no se mezcla simplemente con, sino que se esconde en la masa que renovó. Porque la verdadera renovación, la que Dios efectúa, es siempre de adentro hacia afuera.

III. Una profecía — La promesa de la parábola hasta ahora se ha cumplido sólo en una medida muy imperfecta; sin embargo, debemos considerar estas palabras, "hasta que todo esté leudado", como una profecía del triunfo final y completo del Evangelio, que se difundirá por todas las naciones y purificará y ennoblecerá toda vida.

—Arzobispo Trench.

(SEGUNDO ESQUEMA)

EL PODER TRANSFORMADOR DEL EVANGELIO

El Evangelio como la levadura es:

I. Un poder interior — La levadura no tenía poder hasta que la mujer 'la escondió' en tres medidas de harina '. Entonces, cuando la gracia de Dios toma posesión de un hombre, comienza a obrar en el corazón; y poco a poco se van cambiando los pensamientos, los sentimientos, los deseos, los hábitos.

II. Gradual en su funcionamiento — El ' bulto entero ' será fermentado, pero lleva tiempo. Así ocurre con la obra de la gracia. Las viejas faltas no se curan en un día; la nueva naturaleza no se perfecciona de una vez; los frutos del Espíritu, como muchos otros frutos, tardan en aparecer y madurar.

III. Un poder de asimilación — La masa fermentada transforma la harina haciéndola como ella misma. La planta de levadura provoca la fermentación por la rápida multiplicación de sí misma. La masa con levadura produce una masa con levadura. Este proceso, en el que una cosa cambia a otra haciéndola como ella misma, se llama asimilación. La comida que ingerimos se asimila, es decir, una parte del cuerpo que la recibe. De modo que el Espíritu Santo, lenta y gradualmente, pero con seguridad, transforma el alma a Su propia semejanza.

—W. Taylor.

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