En otra parábola les dijo; El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó leudado.

En otra parábola les dijo; El reino de los cielos es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó leudado. Esta parábola, aunque enseña la misma verdad general que la anterior, expone, quizás, más bien el crecimiento interior del reino, mientras que "la semilla de mostaza" parece apuntar principalmente hacia el exterior. Siendo un trabajo de mujer amasar, parece un refinamiento decir que "la mujer" aquí representa a la Iglesia, como el instrumento de depositar la levadura.

Tampoco produce mucha satisfacción comprender las "tres medidas de harina" de esa triple división de nuestra naturaleza en "espíritu, alma y cuerpo", a la que se alude en, o de la triple partición del mundo entre los tres hijos de Noé, como hacen algunos.

Da una satisfacción más real ver en esta breve parábola la cualidad del Evangelio que todo lo penetra y asimila, en virtud de la cual aún moldeará todas las instituciones y tribus de hombres, y exhibirá sobre toda la tierra un "Reino de nuestro Señor" y de su Cristo". (Ver la nota en)

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