Ninguno empujará al otro; cada uno andará por su camino.

El orden es la primera ley del cielo

Se hace referencia a la marcha ordenada de las langostas. Note el orden que reina en todo el mundo de Dios. De esta manera debería haber orden y arreglo en la Iglesia cristiana. Note el orden de los movimientos de los cuerpos celestes. La misma ley se aplica a toda la creación animal. También hay orden en la providencia de Dios. Y los acontecimientos en nuestras propias pequeñas vidas están avanzando directamente hacia una graciosa consumación.

Podemos elevarnos más alto; podemos pensar en Dios mismo. Podemos decir de todos sus atributos, "ni uno empuja al otro, sino que cada uno camina en su camino". El mismo orden es perceptible en las doctrinas de la Palabra. No obstante, las doctrinas que parecen contradecirse entre sí están totalmente de acuerdo. Aplica la lección a la vida cristiana. Debemos recordar que nuestros pensamientos, gracias y acciones deben mantener su posición adecuada.

Debemos esforzarnos, como Dios nos enseñará por Su Espíritu, por mantener nuestros pensamientos de la Palabra de Dios en su debida armonía. La doctrina no es todo lo que se enseña en la Palabra, también hay deberes y promesas. Lo mismo debería aplicarse a las gracias que cultivamos. Las mismas proporciones y equilibrios deben encontrarse en nuestros deberes cristianos. Dios quiere que cumplamos con todos los deberes. A menudo se siente la dificultad en cuanto a cuánto se debe a la diligencia en los negocios y cuánto al fervor de espíritu.

Cada uno debe decidir y trazar la línea por sí mismo. Existe una mayor dificultad con respecto a la disposición de funciones distintas, cuando es probable que se contrapongan entre sí. Lo que es cierto en la pequeña comunidad del corazón y del hogar, también debe ser cierto para la Iglesia en general. Hay diferentes órdenes de trabajadores y estos deben cooperar. ( CH Spurgeon. )

El ejército de las langostas

I. Son muy atrevidos y atrevidos. Algunos de los antiguos han observado que la cabeza de una langosta tiene una forma muy parecida a la de un caballo.

2. Muy ruidoso y ruidoso. "Como el ruido de carros", de muchos carros, cuando se conducen furiosamente por terreno accidentado. Los historiadores nos dicen que el ruido que hacen los enjambres de langostas en los países que están infestados de ellas se ha escuchado a veces a seis millas de distancia. El ruido se compara con el de un fuego rugiente.

3. Son muy regulares y mantienen filas en su marcha. “Marcharán cada uno por sus caminos”, directo, como si la disciplina de la guerra los hubiera educado para mantener su puesto y observar a su mano derecha. Su número y rapidez no engendrará confusión. Vea cómo Dios puede hacer que las criaturas actúen por reglas que no tengan ninguna razón para actuar, cuando Él se propone servir a sus propios propósitos por medio de ellas.

Y vea cuán necesario es que aquellos que están empleados en cualquier servicio para Dios observen el orden y mantengan el rango, continúen diligentemente en su propio trabajo y no se interpongan en el camino de los demás. ( Matthew Henry. )

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad