Por mi bien.

Por mi bien

Las afirmaciones supremas y dominantes implícitas. Esfuércese por comprender el significado de las palabras, "por mi bien". Todas las criaturas inteligentes actúan por alguna consideración u otra, por "el bien" de algo. En la raíz de la vida que vivimos hay una razón fuerte y dominante; o, si no uno, varios que nos influyen a su vez. Motivo en cada acción: dinero, placer, etc., consideración por los demás. De modo que el principio contenido en el texto no es en modo alguno nuevo o excepcional, sino que es tan antiguo y tan amplio como el mundo. Viene ante nosotros en su aplicación más elevada y gloriosa. Los reclamos involucrados. Tenemos, entonces, aquí-

I. Una persona. Una persona única.

III. Una persona única que dice ser el Señor de nuestra vida. ¿Qué haremos por amor a Cristo? Trabajar y sufrir. ( Dr. Mellor. )

Por mi bien.

1. Aquí hay una autoafirmación, que se justifica por el carácter y la posición del hablante.

2. Todos los seres capaces de amar y odiar deben, si se colocan juntos, actuar con consideración directa entre sí, y harán muchas cosas por el bien de los demás.

I. ¿Cuál es la naturaleza de las afirmaciones de Jesús?

1. Jesús afirma trabajar por Su causa.

2. Le debemos a Jesucristo la paciencia del sufrimiento por Su causa.

3. Jesús reclama regalos alegres y generosos por Su causa.

4. Jesús afirma apego a la vida, dispuesto a morir, por Su causa.

5. Jesús reclama nuestra devoción a Él.

II. Algunos de los medios por los que podemos animarnos a reconocer estas afirmaciones más cordialmente.

1. Las ideas distintas de la persona de Cristo son esenciales para que nos muevan las consideraciones que se originan en Él mismo.

2. Meditación frecuente sobre el servicio que ha prestado.

3. Para ello necesitamos la comunión del Espíritu Santo. ( S. Martín, D, D. )

Las palabras nos presentan la relación del cristiano con su Señor viviente y amoroso.

I. Busquemos visiones más claras de la influencia del motivo cristiano. Cristo tiene ciertos derechos peculiares y especiales sobre nosotros. Existe la autoridad de Su Deidad. El amor de su encarnación y muerte.

II. Obtengamos una estimación más precisa de su rango.

1. Implica nuestros esfuerzos en pos de la santidad personal.

2. Sobre el trabajo del cristiano por los demás.

3. Se extiende a soportar el sufrimiento por causa de la conciencia.

4. Se aplica a los sacrificios que debemos hacer. Este principio posee un poder de prueba para revelar si somos o no lo que profesamos ser como seguidores de Cristo. ( Dr. WM Taylor. )

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