Porque si yo oro en lengua desconocida , mi espíritu ora, pero mi entendimiento es infructuoso.

Ver. 14. Es infructuoso] Con respecto a la edificación de los demás. Sería una gran gracia, dijo Lambert el mártir, si pudiéramos tener la palabra de Dios con diligencia y frecuencia hablada y cantada de tal manera que la gente pudiera entenderla; entonces debería suceder que los artesanos canten salmos espirituales sentados en su trabajo, y el labrador en su arado, como lo desea San Jerónimo. Pavier, secretario de la ciudad de Londres en la época de Enrique VIII, era un hombre que en ningún caso podía soportar oír que el evangelio debería estar en inglés; hasta el punto de que una vez hizo un gran juramento, que si pensaba que la Alteza del rey expondría las Escrituras en inglés y dejaría que la gente las leyera con su autoridad, en lugar de que él viviera tanto tiempo, cortaría su propia garganta. Pero rompió la promesa, porque poco después se ahorcó.

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