Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.

Ver. 9. Si confesamos ] Homo agnoscit, Deus ignoscit. El hombre reconoce, Dios perdona. Y Confessio peccati est vomitus sordium animae. La confesión del pecado es el vómito del alma inmunda. (Agosto) Judá (su nombre significa confesión) obtuvo el reino de Rubén. Ningún hombre fue excluido del reino de Dios por su maldad confesada; muchos lo son por su supuesta bondad; como los justicieros del versículo anterior, cuyos corazones están muy hinchados de gran vanidad de sí mismos; y cuyos labios están cerrados por el diablo; quien sabe bien que no hay manera de purgar el alma enferma sino hacia arriba.

Él es fiel ] Y, sin embargo, Belarmino dice que no puede encontrar en todo el libro de Dios ninguna promesa hecha de confesar el pecado a Dios. (De Justific. I. 21.) Pudo haber visto (además de otros lugares no pocos) Proverbios 28:13 ; Salmo 32:5 , etc.

, que este mismo texto es la más celestial promesa de misericordia para aquellos que confiesan de corazón y no huecamente. La palabra fiel también se refiere a las promesas de Dios, como lo hace justo a la sangre de Cristo (el rescate recibido) por la cual los santos son limpiados, y no está de acuerdo con la justicia de Dios exigir la misma deuda dos veces, a saber. de la fianza y del deudor.

De toda maldad ] Todos sin excepción; ¿Por qué entonces deberíamos poner en condiciones, y por así decirlo, interlinear el pacto de Dios? Es un Dios que perdona el pecado, Nehemías 9:31 ; no hay Dios como él para eso en el cielo y en la tierra, Miqueas 7:18 ; él multiplica el perdón, como nosotros multiplicamos el pecado, Isaías 55:7 ; lo hace libremente, por su propio bien, naturalmente, Éxodo 34:6 ; constantemente, Salmo 130:4 , y aquí. La sangre de Jesucristo limpia (no, él ha limpiado o limpiará, pero lo hace) diaria y debidamente, constante y continuamente. Esto debería ser una imagen perpetua en nuestros corazones.

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