Honra a las viudas que en verdad lo son.

Ver. 3. Honra verdaderamente a las viudas ] Es decir, a las que son viudas no por divorcio, sino por la muerte de sus maridos y la pérdida de sus hijos; como era Noemí. Hónrelos, es decir, llévelos al colegio de las viudas, que se mantendrá a cargo de la Iglesia. En este sentido, los ministros deben tener doble honor, ver 1Ti 5:17, que por eso se llama así, porque testificaron de ese modo las virtudes de los que así fueron sostenidos.

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