De lo cual soy hecho ministro, según la dispensación de Dios que me ha sido dada para ustedes, para que se cumpla la palabra de Dios;

Ver. 25. Según la dispensación ] ¡Qué horrible blasfemia es, pues, la de los jesuitas, que no se empeñan en decirle a la gente en sus púlpitos que San Pablo no estaba seguro en su predicación, sino en una conferencia con San Pedro, ni que se atrevía a publicar sus epístolas hasta que San Pedro se lo permitió. (Espec. Europ.)

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