Quien también nos declaró vuestro amor en el Espíritu.

Ver. 8. Quien también nos declaró ] Su corazón se alegró demasiado con la franqueza de su pueblo, y no pudo sino comunicárselo al apóstol. Montanus se enorgullecía de exagerar su Pepuza y Tymium, dos parroquias atropelladas no lejos de Colosas, y llamarlas Jerusalén, como si hubieran sido las únicas iglesias en el mundo. Pero esta fue una práctica encomiable de Epafras para relatarle a San Pablo lo bueno que encontró en su pueblo, para que él, mediante una epístola, pudiera animarlos y avivarlos aún más.

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