Por tanto, lo envié con más cuidado, para que, cuando lo veáis de nuevo, os regocijéis, y yo esté menos triste.

Ver. 28. Que cuando le veáis ] Y lo recibáis como resucitado de entre los muertos. Dios sabe encomendarnos sus misericordias, amenazándonos con perderlas; para Bona a tergo formosissima. Conocemos mejor el valor de las misericordias por la falta de ellas.

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