Cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder: el cual anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él.

Ver. 38. Oprimido del diablo ] El diablo se quejaba en los días de Diocleciano de que no podía dar oráculos rectos, a causa de los cristianos. (Euseb. Ii.) Y los que conspiraron contra Atanasio, gritaron que con sus oraciones obstaculizaba sus procedimientos. (Ruffin. I. 33.) Los soldados que iban contra los angrognianos, le dijeron a su capitán que los ministros de ese lugar, con sus oraciones, los conjuraban y embrujaban de tal manera que no podían pelear.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad